El origen de los bancos
Por MX Mateos, 18oct2019
En este artículo, entenderemos mejor el origen de los bancos, cómo se produce el cambio de utilizar monedas de oro a papel que representa moneda, y de dónde sale el crédito.
Volvamos a hacer un ejercicio de imaginación. En el anterior artículo, el origen del dinero, nos quedamos en la antigua Turquía, donde se estandarizaron las monedas de oro y plata.
En la antigua Grecia, en esa época, la organización consistía en ciudades-estado, independientes, con su propio ejército y sus leyes diferentes. Si hubiéramos vivido en una de esas ciudades, probablemente mucho más inseguras que las actuales, nos hubiera preocupado perder nuestros ahorros guardados en forma de oro.
Ahí entra en juego un comerciante, una persona quizás que formaba parte del ejército, que podía mantener seguro su dinero.
Los vecinos, que confiaban en él, empezaron a pedirle que les guardara su oro. Cuando el hombre acepta, surge el primer guarda del dinero, o algo parecido al primer banquero.
Caja fuerte de un banco
Como no se diferenciaba qué parte del oro era suya y cual no, empezó a prestar mucho oro y a ganar mucho dinero de los intereses sin que nadie se diera cuenta de qué estaba pasando. Por aquel entonces, la gente del pueblo no sospechaba nada, y aunque se dieron cuenta de que el banquero cada vez vivía mejor, no le dieron mucha importancia.
Al banquero, que ya no era tan novato, se le volvió a encender la luz, y utilizó de nuevo la picaresca. Se dió cuenta de que toda la gente que le dejaba su dinero prefería utilizar el papel para hacer los intercambios, y que poca cantidad de oro se movía de la cámara.
Entonces, empezó a hacer los nuevos préstamos con papeles de resguardo, pero ésta vez esos papeles no correspondía con la cantidad de oro que había en la cámara. De esa forma, empezó a prestar mucho más oro en forma de papel, del que realmente había en la cámara acorazada.
Como nadie podía entrar y contar el oro que había, la estafa quedaría bien tapada.
Caricatura de un banquero en tiempos pasados
Cuando la gente entendió como funcionaba, el banquero se vió obligado a dar también cierto interés a la persona que deja el dinero en su banco, y así surge el que los bancos te den interés si tienes una cuenta de ahorros con ellos.
Escena que muestra un pánico de los ahorradores
Si seguimos nuestra historia, hay un tercer momento en el que la gente empieza a dudar, y esta vez, preocupada decide ir a sacar el dinero. Como el banquero había estado firmando cheques prestando oro que no tenía, no puede dar el oro que le piden, es entonces, cuando la gente se da cuenta, de que los cheques ya no tienen ningún valor, y que han perdido todo su dinero.
A eso se llama el pánico de los ahorradores. En ésta historia queda reflejado el funcionamiento básico de los bancos.
Este tipo de fraude, tendría que haber sido prohibido por los estados, pero si volvemos a adelantar en el tiempo, y nos vamos al siglo XV, cuando el descubrimiento de América, vemos que no es así.
En esa época, en la que había una alta competitividad entre los diferentes estados como España, Inglaterra, etc, todos estaban interesados en tener la mayor cantidad de dinero, para poder pagar las diferentes expediciones. En ese ambiente, y bajo la creciente demanda de crédito, los estados hicieron la vista gorda. Así, se convirtieron en cómplice de éste tipo de sistema. Como vemos, los bancos crean el dinero que prestan a partir de la promesa firmada del prestatario de que devolverá el dinero que va a pedir. Ahora el resguardo de ese dinero es la deuda.
Si tenemos curiosidad y buscamos billetes de dólar, veremos que antiguamente estaban respaldados por oro, y por lo tanto se podía cambiar. Ahora su respaldo es la deuda.
Billete actual de dólar, reembolsable sólo por deuda publica y privada.
Billete de dólar americano del año 1928, puede verse que podían ser reembolsados por oro
El banco sólo escribe en la cuenta del prestatario unos números, el único limite que tiene es la cantidad de préstamos que le permite hacer el banco central. Por lo tanto, se crea nuevo dinero, cada vez que una persona toma un préstamo de un banco.
Esto está demostrado de forma empírica por Richard Werner, estudiando los movimientos que se producen en un banco pequeño.
Para hacer el experimento, contó con la ayuda del director del banco. Lo que hicieron fue pedir un préstamo y estudiar la hoja de balances del banco. El resultado fue que el dinero fue creado en el mismo banco, no transferido desde ningún otro lugar. En el siguiente artículo, veremos cómo se centraliza el poder de los bancos, y entenderemos mejor cómo éste sistema financiero tiene cierta parte de culpa en el desarrollo de las épocas de crisis y de bonanza que experimentamos actualmente.
Ahí entra en juego un comerciante, una persona quizás que formaba parte del ejército, que podía mantener seguro su dinero.
Los vecinos, que confiaban en él, empezaron a pedirle que les guardara su oro. Cuando el hombre acepta, surge el primer guarda del dinero, o algo parecido al primer banquero.
Caja fuerte de un banco
Cuando algún vecino le dejaba su oro, el guarda les firmaba un papel de resguardo, conforme él le guardaba una cierta cantidad de oro. De esa forma podía volver a recogerlo.
Con el tiempo, ese guarda fue conocido y el pueblo empezó a confiar en él. Por ese motivo, se empezó a utilizar esos papeles de resguardo para hacer los intercambios. Así, cuando tenían que hacer una gran compra no les tocaba llevar el oro que era más pesado.
Y la historia se escribe sola, a partir de entonces, lo que empezó a circular fueron papeles firmados por el guarda. Ya que era lo mismo que intercambiar el oro.
El guarda, ahora ya con una mentalidad más de banquero, empezó a darse cuenta de que poca gente decidía sacar su parte de la cámara acorazada, y que el oro no se movía. Por lo que empezó a pensar, que podía utilizar ese oro para prestarlo a la gente, a cambio de un interés.
Con el tiempo, ese guarda fue conocido y el pueblo empezó a confiar en él. Por ese motivo, se empezó a utilizar esos papeles de resguardo para hacer los intercambios. Así, cuando tenían que hacer una gran compra no les tocaba llevar el oro que era más pesado.
Y la historia se escribe sola, a partir de entonces, lo que empezó a circular fueron papeles firmados por el guarda. Ya que era lo mismo que intercambiar el oro.
Como no se diferenciaba qué parte del oro era suya y cual no, empezó a prestar mucho oro y a ganar mucho dinero de los intereses sin que nadie se diera cuenta de qué estaba pasando. Por aquel entonces, la gente del pueblo no sospechaba nada, y aunque se dieron cuenta de que el banquero cada vez vivía mejor, no le dieron mucha importancia.
Al banquero, que ya no era tan novato, se le volvió a encender la luz, y utilizó de nuevo la picaresca. Se dió cuenta de que toda la gente que le dejaba su dinero prefería utilizar el papel para hacer los intercambios, y que poca cantidad de oro se movía de la cámara.
Entonces, empezó a hacer los nuevos préstamos con papeles de resguardo, pero ésta vez esos papeles no correspondía con la cantidad de oro que había en la cámara. De esa forma, empezó a prestar mucho más oro en forma de papel, del que realmente había en la cámara acorazada.
Como nadie podía entrar y contar el oro que había, la estafa quedaría bien tapada.
El banquero, empezó a prestar dinero que no tenía, y a ganar grandes sumas de dinero en intereses.
Pero claro, con el tiempo, la gente del pueblo se empezó a oler de que algo raro pasaba, ya que el banquero vivía cada vez mejor. Entonces decidieron ir a ver qué pasaba, y si su oro seguía todo allí, ya que empezaban a sospechar que el banquero se lo estaba gastando.
Para su sorpresa, el oro seguía en las cámaras, no se lo había gastado. A pesar de eso, el banquero tubo que dar explicaciones, y les explicó una parte de su juego, que utilizaba el oro de los clientes para hacer préstamos.
Pero claro, con el tiempo, la gente del pueblo se empezó a oler de que algo raro pasaba, ya que el banquero vivía cada vez mejor. Entonces decidieron ir a ver qué pasaba, y si su oro seguía todo allí, ya que empezaban a sospechar que el banquero se lo estaba gastando.
Para su sorpresa, el oro seguía en las cámaras, no se lo había gastado. A pesar de eso, el banquero tubo que dar explicaciones, y les explicó una parte de su juego, que utilizaba el oro de los clientes para hacer préstamos.
Caricatura de un banquero en tiempos pasados
Como el banquero era bastante avaro y no le gustaba haber perdido poder, decide retorcer la rueda. Empieza entonces, a prestar dinero no sólo en función del oro que guardaba, si no también en función de los cheques de préstamos que había firmado. Esto lo podía hacer, porque la gente se había comprometido con algún bien, por si no podía pagar la deuda.
Escena que muestra un pánico de los ahorradores
A eso se llama el pánico de los ahorradores. En ésta historia queda reflejado el funcionamiento básico de los bancos.
Este tipo de fraude, tendría que haber sido prohibido por los estados, pero si volvemos a adelantar en el tiempo, y nos vamos al siglo XV, cuando el descubrimiento de América, vemos que no es así.
En esa época, en la que había una alta competitividad entre los diferentes estados como España, Inglaterra, etc, todos estaban interesados en tener la mayor cantidad de dinero, para poder pagar las diferentes expediciones. En ese ambiente, y bajo la creciente demanda de crédito, los estados hicieron la vista gorda. Así, se convirtieron en cómplice de éste tipo de sistema. Como vemos, los bancos crean el dinero que prestan a partir de la promesa firmada del prestatario de que devolverá el dinero que va a pedir. Ahora el resguardo de ese dinero es la deuda.
Si tenemos curiosidad y buscamos billetes de dólar, veremos que antiguamente estaban respaldados por oro, y por lo tanto se podía cambiar. Ahora su respaldo es la deuda.
Billete actual de dólar, reembolsable sólo por deuda publica y privada.
Billete de dólar americano del año 1928, puede verse que podían ser reembolsados por oro
El banco sólo escribe en la cuenta del prestatario unos números, el único limite que tiene es la cantidad de préstamos que le permite hacer el banco central. Por lo tanto, se crea nuevo dinero, cada vez que una persona toma un préstamo de un banco.
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